México, DF. Cambios en el gabinete de Marcelo Ebrard, reavivaron la chispa de su matrimonio y Mariagnita Prats logró incorporarse y dar unos pasos hacia la cocina para pedirle al jefe de Gobierno que en ese momento estaba desayunando, un vaso de agua y un alcazeltzer, que porque le había hecho daño algo que comió... hace... como... 15 días, que porque con el pedo que traía no le había dado hambre.
Fiel a su espléndido sentido del humor, Marcelo, se paro y se concretó a decir: los camiones cero emisiones contaminan menos el ambiente que tu aliento. Los dos exhaustos de la risa, hicieron el amor en la cocina, en la sala, en el baño y al despertar Mariagnita se dio cuenta que con el que estaba era Chispita, su perro, con el que cunfundió desde un inicio con su marido. Se levantó y juro a Diosito no volver a tomar... hasta las tres de la tarde.
para La Perrera: Manchas, la perrita pareja de Chispita
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